El avión para mantenerse en el aire necesita crear una sustentación que, dependiendo de la maniobra que esté efectuando, tendrá que ser igual al peso (vuelo horizontal), mayor que el peso (virajes o subida) o inferior al peso (descenso).

Al ángulo de ataque en el que se produce la pérdida le corresponde una velocidad para cada actitud de vuelo. A esta velocidad, incrementada un 7% con objeto de tener un margen de actuación antes de alcanzar la pérdida, se denomina velocidad de pérdida.

La entrada en pérdida del avión se verá propiciada por un aumento del peso del avión ya que necesitaremos una sustentación mayor para vencer el peso, y por lo tanto si queremos mantener, por ejemplo, una actitud de vuelo horizontal, necesitaremos ángulos de ataque mayores. Asimismo, al aumentar la altura de vuelo, disminuye la densidad del aire que produce la sustentación y por lo tanto para crear la misma sustentación que tendríamos a una altura inferior necesitaremos un mayor ángulo de ataque, aumentando también la velocidad de pérdida con la altura de vuelo.